14 de diciembre de 2015

Blanco, negro, gris - Relativismo, absolutismo y sorites




A menudo nos encontramos en los debates informales con el argumento de que no podemos hacer juicios sobre las cosas y que se suele concluir con la frase "nada es blanco o negro". Este argumento pretende evadir el juicio sobre algún asunto, diciendo que no podemos determinar si un fenómeno pertenece a determinada categoría porque sus límites no son precisos y exactos.

En lógica esto se conoce como la paradoja sorites que pretende negar la validez de las categorías apelando a que todo es un continuo. Por ejemplo, esta falacia asegura que no podemos diferenciar entre niños y adultos porque no hay un límite preciso en el que el individuo pase de un estado a otro, sino que se trata de una permanente evolución. La falacia en general se puede aplicar a multitud de conceptos que no podemos delimitar con precisión absoluta. La idea de que "nada es blanco y negro" puede considerarse una versión de esta falacia.

El anti-absolutismo incurre en la misma contradicción que es inherente al relativismo. El postulado de que "todo es relativo" incurre en una incoherencia lógica puesto que si ese postulado es correcto entonces se trata de un postulado absoluto y no relativo, con lo cual se contradice a sí mismo –no todo es relativo– y resulta inválido. Es decir, el antiabsolutismo ha resultado ser una forma específica de absolutismo.

El relativismo se basa en una contradicción lógica. Si aceptamos lo que dice el relativismo entonces el relativismo no puede ser cierto porque el propio relativismo sería relativo y no podría expresar una verdad objetiva. El relativismo presupone que todo es relativo menos el propio relativismo, lo cual es contradictorio. Por tanto, el relativismo no se sostiene desde el punto de vista lógico y debe ser falso.


Señalar que "todo es relativo y no hay verdad absoluta" es una proposición contradictoria, pues se postula a sí misma como una verdad absoluta. Si fuera cierta se refutaría a sí misma. Por tanto, es lógicamente errónea y lo que expresa es falso.

En nuestra realidad, hay cosas que son blancas, hay cosas que son negras, y hay cosas que son grises. Tan absolutista es decir que todo es, o debe ser, blanco o negro, como decir que todo es, o debe ser, gris.

La postura que rechaza la noción de absoluto es tan absolutista como la postura que dice que todo debe ser categorizado en nociones absolutas. Ambas son absolutismo por igual. Pero el relativismo es una postura absolutista que suele acusar de "absolutismo" a otras posturas que sí aceptan que hay o pueden haber nociones de categorización absoluta; por ejemplo: hay determinadas acciones que siempre están bien y otras que siempre están mal.


22 de noviembre de 2015

Por la objetividad del lenguaje




La preocupación por las palabras es la preocupación por el conocimiento y la comunicación. 

Expresiones como "sólo son etiquetas" demuestran una falta de conciencia acerca del propio hecho de que todas las palabras son etiquetas. Etiquetas que colocamos sobre hechos, objetos, ideas, experiencias, fenómenos, individuos, conceptos,... para poder identificarlos entre nosotros y poder intercambiar información mediante la expresión simbólica que es el lenguaje hablado y escrito.



Si cada uno se inventa el significado de las palabras ya existentes a su mero capricho –ignorando la definición establecida– entonces no cabe posibilidad de entendimiento. De ese modo no podemos dialogar, comprendernos ni llegar a acuerdos entre nosotros. Quien adopta esa actitud ha rechazado la razón como criterio y ha optado por el caos o por la simple imposición del egoísmo y la fuerza frente a otros.

12 de noviembre de 2015

Mis libros de cabecera (1)




La filosofía de Epicteto tiene una vocación que podríamos denominar como terapéutica. 

El objetivo general de la filosofía estoica consiste en usar la razón para lograr una higiene mental que nos libere de pensamientos erróneos (irracionales) y cuya carga nos impide desarrollarnos para ser libres en justa medida y felices de forma equilibrada.

Ahora, podemos de nuevo aprender y disfutar con esta filosofía de la mano de la editorial Errata Naturae

Siguiendo los atentos comentarios de Pierre Hadot, podremos aprender con Epicteto que somos responsables de nuestros actos pero que hay cosas en el mundo de las que no somos responsables y que debemos saber delimitar entre estos ámbitos para poder cambiar aquello que debemos cambiar y mejorar; y no preocuparnos por aquello de lo que no somos responsables.




Reconocer los límites de nuestra responsabilidad no es ser conformista; es ser racional. Hay cosas que no podemos cambiar y hay otras de las que no somos responsables. Y, del mismo modo, hay otras cosas que sí podemos cambiar y de las que sí somos responsables. 

Una vez comprendido esee límite es cuando comienza el activismo (ser activo para cambiar aquello que debe ser cambiado) y no el conformismo. El conformista piensa que no puede cambiar nada o que no es responsable de nada. Y en el extremo contrario, en el de creer que podemos cambiarlo todo y de que somos responsables de todo lo que sucede, está el loco.

16 de octubre de 2015

La fe no vale




Debido a que nuestra cultura está basada en la religión, damos una importancia a la fe de la cual carece objetivamente. 

No importa la intensidad, el arraigo o la extensión de una creencia. El mero hecho de tener una creencia, por sí solo, no aporta ninguna validez ni legitimidad a lo que creemos. 

Una creencia se respalda racionalmente con evidencias y con pruebas objetivas verificables; ya sean lógicas o empíricas. Esto es lo único que le aporta veracidad, y ningún otro criterio.

20 de septiembre de 2015

El utilitarismo es una monstruosidad


  EL MONSTRUO DE LA UTILIDAD



Peter Singer es un intelectual académico y uno de los más conocidos defensores modernos del utilitarismo.

El Monstruo de la Utilidad es un experimento mental creado por el filósofo Robert Nozick para exponer una crítica sobre el utilitarismo. 

Nozick nos plantea que imaginemos un monstruo que recibiera más utilidad —es decir, más grado de placer según la teoría utilitarista— por cada unidad que obtuvieran los humanos. Por tanto, la conclusión lógica, y moralmente requerida por el utilitarismo, debería ser que diéramos todo lo que valoramos a ese monstruo.

Por ejemplo: si tuviéramos un trozo de pastel, el Monstruo de la Utilidad obtendría 1000 unidades de placer más que cualquier humano al disfrutar comiéndolo. Por tanto, deberíamos dar todo nuestro pastel al monstruo ya que el total de felicidad que se consigue sería mayor.

En la imagen vemos al Monstruo de la Utilidad obteniendo una gran placer al destruir tuberías. El placer que él obtiene supera al sufrimiento que nos causa con sus acciones. Teniendo en cuenta la felicidad total resultante al destruir las tuberías, lo moralmente requerido por el utilitarismo es permitir que el monstruo destruya las tuberías. 

El Monstruo de la Utilidad no es más que una aplicación coherente, aunque imaginaria, del utilitarismo. Es la esencia del utilitarismo encarnado en una sola entidad. El utilitarismo no respeta ningún otro principio que no sea el principio de utilidad y supedita cualquier otra cuestión moral a ese principio. Así lo explicaba el filósofo Tom Regan:
«La última objeción se basa en que nadie tiene realmente derechos, ya sea humano u otro animal, sino que lo bueno y lo malo son cuestiones que se juzgan a partir de lo que produzca las mejores consecuencias, teniendo en cuenta los intereses de cada implicado y considerando de manera igual intereses iguales. Esa filosofía moral —utilitarismo— que cuenta con una larga y venerable historia, y a muchos influyentes hombres y mujeres entre sus adeptos, es un fraude moral y ya no es una postura sostenible, si es que alguna vez lo fue. 
¿Es verdaderamente serio tener en consideración el interés de un violador en violar a su víctima antes de declarar la violación como inmoral? ¿Debemos tener en cuenta lo que supone para un pederasta el frustrar sus intenciones antes de condenar moralmente sus actos?; Asombrosamente, un utilitarismo coherente exige que sí los tengamos en cuenta, y de ese modo es rechazado por nuestra exigencia de racionalidad.»
El gran progreso moral de nuestra época ha sido reconocer que los individuos poseen un valor inherente que no debe ser sacrificado forzosamente por razones instrumentales y que sus intereses merecen ser protegidos de forma no-consecuencialista frente a las injerencias de otros.

El utilitarismo rechaza todo esto y regresa a la concepción instrumentalista de considerar a los individuos como simples medios para lograr una finalidad.

Podríamos decir que el utilitarismo es un monstruo moral y que cada utilitarista lleva ese monstruoso pensamiento dentro de sí que quiere imponer a toda costa su objetivo y no duda en destruir todo aquello que sea necesario para conseguirlo.

Imagen traducida de Existential Comics

8 de agosto de 2015

El egoísmo: una aclaración



«No hay que anteponer el cuidado de los otros al cuidado de sí; el cuidado de sí es éticamente primero, en la medida que la relación consigo mismo es ontológicamente primera.» - Michel Foucault

Considero que el egoísmo no sería inmoral. ¿Qué es el egoísmo? Podemos definir el egoísmo como la actitud de preocuparse sólo por uno mismo. 

Si alguien quiere dedicar toda su vida a pintar cuadros, porque esto es lo que le satisface, pienso que tiene derecho a hacerlo. Los individuos son fines en sí mismos y no son medios para ser legítimamente utilizados para lograr alguna finalidad ajena a su voluntad y sus intereses.

El egoísmo, si lo entendemos por la preferencia de preocuparse y cuidarse de uno mismo, no es un acto inmoral. El egoísmo es un instinto natural de todo individuo, igual que lo es obtener un beneficio y evitar el daño.

El problema sólo ocurre cuando el egoísmo no se atiene a los límites de la ética; al igual que el placer. Está mal hacer daño a otros individuos sólo por placer, pero el placer no es intrínsecamente malo en sí mismo. Está mal hacer daño a otros individuos sólo por egoísmo, pero el egoísmo no es intrínsecamente malo en sí mismo.


El egoísmo puede ser inmoral si implica violar los derechos de otros individuos; pero el altruismo también puede ser inmoral de la misma forma, cuando se exige que los individuos se sacrifiquen forzadamente en beneficio de otros.

Exigir que no sacrifiquen a un individuo forzadamente para el beneficio de otros no es imponer a ese individuo por encima de los demás sino que sería justamente lo contrario: que los intereses de todos los individuos sean igualmente considerados y no se fuercen a unos a servir a los de otros.


A menudo se confunde el egoísmo con el egocentrismo, que consiste en imponerse uno mismo como centro de decisión frente a cualquier otro criterio: "esto es así porque yo lo digo así o porque yo lo quiero así".

19 de julio de 2015

Una refutación del libertarismo





Si no me equivoco, uno de los principios básicos del libertarismo es el que dice que nuestro cuerpo —nuestro organismo físico— es literalmente nuestra propiedad como individuos. Podemos hacer con él lo que deseemos —siempre que no lo usemos para coaccionar la libertad de otros— hasta el extremo de que podemos dañarlo o destruirlo si así lo deseamos. Por esto, el libertarismo critica el hecho de que las leyes obliguen a que sea protegida la integridad física de cada persona, tanto si esta quiere protegerla como si no quiere —por ejemplo, están en contra de la obligación legal de ponerse casco al circular con moto.

Bien, yo estoy en  desacuerdo con este principio del libertarismo, pues de hecho lo considero empíricamente erróneo, lógicamente contradictorio y, además, inmoral.

Es empíricamente erróneo porque no hay diferencia real entre nosotros mismos y nuestro cuerpo. No es que nosotros tengamos un cuerpo, sino que somos un cuerpo. Somos un ente biológico con capacidad de sentir. A no ser que postulemos algún tipo de entidad espiritual que controla el cuerpo —algo que carece de cualquier evidencia que lo sostenga— entonces tendremos que aceptar que nuestra condición de individuos reside en nuestro cuerpo. Como no hay diferencia esencial entre nuestro cuerpo y nosotros mismos, resulta absurdo que nuestro cuerpo sea considerado "nuestra" propiedad. El concepto de propiedad implica que un sujeto posee un objeto. Pero no podemos ser legítimamente poseídos en propiedad por nadie porque no somos objetos, sino que somos sujetos —somos personas. El cuerpo de una persona es parte integrante de su personalidad; no de su propiedad.

Es lógicamente contradictorio porque si el fundamento básico de la moralidad es la libertad del individuo para autodeterminarse, entonces resulta contradictorio afirmar que es lícito el hecho de dañarnos o destruirnos a nosotros mismos —ya fuera intencionadamente o por negligencia— puesto que ese hecho violaría nuestra propia capacidad para autodeterminarnos. Resulta absurdo señalar que debemos respetar la autodeterminación del individuo y al mismo tiempo aceptar que esa autodeterminación puede ser usada para destruirse a sí misma. Una doctrina que parte de la libertad del individuo para autodeterminarse y decidir sobre su vida no puede servir para destruir deliberadamente esa misma libertad.

Es inmoral porque si la doctrina del libertarismo tuviera una base racional entonces tendría que aceptar la lógica y el principio de igualdad  que está basado en el principio lógico de identidad [A=A]. Esto significa que si consideramos que todo individuo tiene derecho a vivir libremente su propia vida mientras no viole la libertad individual de los individuos, entonces por la misma razón estamos obligados a respetar ese derecho también en nosotros mismos. Discriminarnos a nosotros mismos del respeto básico que todo individuo merece sería una flagrante violación del principio de igualdad.

Por todo esto considero que el libertarismo es una perversión del concepto de libertad; al igual que el igualitarismo es una perversión del concepto de igualdad y el bienestarismo una perversión del concepto de bienestar.

11 de julio de 2015

Libertad de expresión




Toda persona tiene derecho a expresar sus opiniones sobre cualquier cuestión, sean las que sean. Esto significa que no se le puede agredir ni coaccionar por manifestar sus ideas, por muy disparatadas que nos parezcan. 

Si alguien opina que está bien torturar a niños; tiene derecho a expresar su opinión y explicar por qué piensa de esa manera. El simple hecho de que nosotros no estemos de acuerdo o nos ofendan sus ideas no es una razón válida para coartar su derecho.

Esto se refiere a expresar ideas u opiniones. Esto entra dentro de la categoría de cosas: creencias, doctrinas, actos. Se debería poder emitir cualquier opinión sobre cualquier tema, fuera la que fuera.

En teoría del lenguaje se distingue entre emisiones enunciativas y emisiones imperativas. En filosofía del lenguaje se distingue entre actos de habla constatativos y actos de habla performativos. Esto es, el lenguaje puede ser usado para expresar pensamientos o puede ser usado para actuar sobre otros. Si estudiáramos filosofía del lenguaje quizás no estaríamos confundiendo constantemente el nivel constatativo con el performativo, y quizás no estaríamos confundiendo así en qué consiste el derecho a la libertad de expresión.

La libertad de expresión no puede amparar violaciones de otros derechos. Éste es el único límite que posee. Pero para que unas palabras fueran consideradas como violencia ya no podrían ser opiniones; sino que serían claramente amenazas o agresiones coactivas. Esto no entra categorialmente dentro de la opinión.

Sin embargo, a menudo se intenta reprimir la libertad de expresión alegando que determinadas palabras son "ofensivas" o "violentas". Esto sucede a menudo con el problema de la religión.

Si, por ejemplo, alguien dice que odia a Israel o que odia el islamismo, eso no es una alusión personal en ningún sentido, por tanto no es legítimo limitar la libertad de expresión, o cualquier otro derecho, aunque se trate en efecto de violencia verbal —en el sentido de que se expresa odio— porque no amenaza ni coacciona a nadie y, por tanto, no es violencia personal —contra personas.

23 de junio de 2015

Acerca de la mística




Estaba leyendo un artículo acerca del método científico cuando nada más empezar a leerlo veo que en las primeras líneas afirma que el pensamiento científico "se hundió por obra y gracia de los místicos". Pero entiendo que eso no es correcto. El autor debe de estar confundiendo a los místicos con los religiosos.

El hundimiento de la ciencia en la Antigüedad tuvo que ver con diversos factores políticos (caída del Imperio Romano) y culturales, entre los que se incluye el fanatismo religioso que trajo el cristianismo. Pero el misticismo existía mucho antes del cristianismo; y, de hecho, algunos precursores de la filosofía y la ciencia eran místicos, como es el famoso caso de Parménides, a quien se considera padre de la lógica, nada menos.

El misticismo se confunde a menudo con la religión; pero es una corriente de pensamiento diferente; más parecida y cercana a la filosofía que a la religión, aunque distinta de ambas.

Mientras que la religión se fundamenta en la fe y en la idea de la divinidad como sus características esenciales; la filosofía tiene a la razón y al concepto como los rasgos definitorios de su ámbito. En cambio, la mística se basa en la transcendencia  y en la práctica de la meditación.

Del mismo que algunas teorías filosóficas han asumido preceptos y dogmas religiosos (donde mejor se aprecia esto es en la Edad Media) también hay doctrinas místicas que han adoptado conceptos religiosos; si bien se trata de disciplinas independientes. Y, por supuesto, también ocurre que las religiones sustraen ideas propias de la filosofía o de la mística para exponer su visión del mundo.

La doctrina del taoísmo a menudo ha sido catalogada tanto de religión como de filosofía; pero no parece encajar en ninguna de esas categorías. No apela a la fe ni a la divinidad (religión). Ni tampoco es producto del razonamiento y la deducción de conceptos (filosofía). Yo considero que es un ejemplo representativo de pensamiento místico que evidencia su peculiaridad.

Asimos, gran parte de la obra de Nietzsche sale de la filosofía y entra claramente dentro del terreno de la mística, partiendo de su visión sobre la antigua cultura griega y los rituales de Dionisos. Por ejemplo; la noción del eterno retorno no es religiosa ni filosófica; es mística.

No se tiene que estar a favor del misticismo para comprender su singularidad. Aparte de la opinión que uno tenga de la mística; hay que reconocer que es una noción diferente a la religión. Confundir el misticismo con la religión es tan erróneo como confundir la ciencia con la magia en tanto que son categorías distintas.

Varios científicos modernos como Einstein y Schrödinger escribieron artículos sobre mística. Y más actualmente tenemos el caso de pensadores como el de André Comte-Sponville, o el de Sam Harris, reivindicando la "espiritualidad sin religión"; lo cual refiere en realidad a la mística.



22 de mayo de 2015

¿Qué es filosofía?


En su obra Breve Historia de la Filosofía, el académico Justus Harnack - comentando el pensamiento de Hegel - expone de este modo la singularidad de la filosofía: 
«Lo que la filosofía es, y hace, se puede expresar en diferentes modos; pero un modo de hacerlo es decir que la filosofía trata de categorías. Y la naturaleza lógica y la existencia de las categorías, evidentemente no puede ser afirmada ni negada por la experiencia, pues la experiencia presupone las categorías, y de esto se sigue que las categorías en sí no pueden ser objeto de la experiencia. Sin embargo, la filosofía es aplicable a la experiencia por el hecho de que nada puede ser experimentando, concebido, pensado, entendido, ni descrito, sin la ayuda de las categorías. (...) La filosofía no trata del contenido de la realidad, sino de la estructura lógica de la realidad. Y la estructura lógica de la realidad se define en términos de los conceptos, categorías que condicionan todo pensamiento y comprensión de la realidad.»



La filosofía surgió en el seno de la cultura ancestral griega. Durante la Edad Media la filosofía estuvo sometida a la teología. A partir de Montaigne (no de Descartes, que seguía sometido al pensamiento teológico/escolástico) la filosofía vuelve a cobrar autonomía. La filosofía no se convirtió en una actividad académica hasta el siglo XVIII. 

En la época actual nos encontramos con el problema de que la filosofía académica es en su mayor parte está dominada por el elitismo, la endogamia y tendencia a la jerga técnica sin sentido. Por otra parte, el problema de la filosofía popular es su falta de rigor, hasta el punto de que en muchos casos no se distingue del desvarío o la mera literatura.

Sobre la filosofía dice H.D. Thoreau con su habitual actualidad:
«Hoy en día tenemos profesores de filosofía, pero no filósofos. Sin embargo, enseñarla es admirable porque en un tiempo también lo fue vivirla. Ser un filósofo no cosiste en tener pensamientos sutiles meramente, ni en fundar una escuela, sino en amar la sabiduría tanto como para vivirla de acuerdo con sus dictados, para llevar una vida de simplicidad, independencia, magnanimidad y confianza. Consiste en resolver no sólo teóricamente algunos problemas de la vida, sino también prácticamente.» 

11 de mayo de 2015

Erich Fromm y la psicología como análisis de la realidad





En «El Miedo a la Libertad» su autor, Erich Fromm, intenta encontrar una explicación al auge y el éxito de las ideologías totalitarias y fascistas en el siglo XX, enfocándose en las motivaciones psicológicas de los sujetos; y adoptando como modelo teórico, de una forma un tanto libre, el psicoanálisis de Freud.

Me parece un enfoque esclarecedor en ciertos aspectos, pues en tanto que somos seres con una mente, nuestra conducta necesita explicarse apelando también a emociones, sentimientos y deseos; y no solamente a las ideologías. La psicología puede complementarse con el puro análisis de las ideas, así como con el estudio del contexto económico y social como hace el marxismo.

No obstante, el enfoque psiconalítico tiene el mismo defecto del que adolece todas psicología: sus teorías no se pueden verificar con datos objetivos ya que el contenido de la actividad mental es de naturaleza subjetiva y no se puede ver ni medir desde fuera.


Artículos relacionados:

- Reseña de "El Miedo a la Libertad" de Erich Fromm

- Resumen de "El Miedo a la Libertad" de Erich Fromm

6 de mayo de 2015

Richard Feynman acerca de la incertidumbre


El científico y divulgador Richard Feynman explica en esta parte de una entrevista su postura acerca de por qué debemos aceptar el vivir con la incertidumbre.




No tenemos las respuestas a las cuestiones más profundas sobre la existencia: ¿Por qué existimos? ¿Qué propósito tiene el universo? Ni siquiera sabemos si esas preguntas tienen un verdadero sentido. Y si alguna persona o doctrina afirma que posee esas respuestas entonces está mintiendo.

La religión sólo aporta fantasías y cuentos mitológicos para aliviar nuestra angustia ante la vida y la muerte; pero no aporta ningún conocimiento sobre la naturaleza última de la realidad. 

13 de abril de 2015

¿"Feminazis"?




A menudo vemos cómo se usa el calificativo de "feminazi" para descalificar a feministas que se comportan de un modo que algunas personas consideran abusivo. Pero, independientemente de que ese comportamiento sea en efecto un abuso, dicho calificativo me parece erróneo. Principalmente por tres razones.

Primero; aunque fuera cierto que algunas feministas supuestamente hubieran cometido abuso contra los hombres, esto no justifica generalizar ni extrapolar esa conducta a las feministas en general ni al feminismo como movimiento. Del feminismo como tal, como doctrina, no se deriva ninguna forma de abuso contra nadie.

Segundo; en ningún caso me parece que sea proporcionado equiparar a las feministas con los nazis. No hay ninguna conexión ideológica entre el nazismo y feminismo. No conozco ningún caso de feministas que hayan asesinado a otras personas o que hayan actuado como suelen actuar los partidarios del nazismo. No veo la semejanza en ningún aspecto. Han habido activistas de todas las idelogías [ecologismo, laicismo, ateísmo, socialismo, liberalismo, anarquismo,...] que han cometido abusos en alguna ocasión y no simplemente por eso se justifica equipararlos o calificarlos de "nazis".

Tercero; si ese calificativo se refiere en realidad a quienes asumen una doctrina que calificaríamos como hembrismo —que postula que las mujeres deben tomar el poder para dominar a los varones— entonces con más razón deberíamos rechazarlo puesto que no hace referencia a las feministas sino a las hembristas. Son dos posiciones muy diferentes.

Por tanto, considero que el calificativo "feminazi" es totalmente inapropiado para calificar a las feministas. Cuanto más analizamos esa descalificación, más absurda se revela.

El feminismo no postula ninguna clase de violencia contra otras personas. Sea lo que sea lo que algunas feministas digan o hagan en general, el supuesto error o abuso que pudieran cometer no tiene relación con el feminismo ni menos aún con el nazismo.

El término “nazi” ha pasado al lenguaje coloquial como apelativo despectivo al igual que palabras como “idiota”, “imbécil” y similares. Así sucede a menudo que cuando alguien se encuentra con una idea que simplemente no le gusta, o que es contraria a sus creencias, la tacha de “nazi” para intentar descalificarla —aunque no tenga la más mínima relación objetiva con el nazismo— y hace lo mismo con quienes defienden esa idea.

Que conste que personalmente no recuerdo que haya habido una sola vez que yo haya intentado conversar en los foros con personas auto-calificadas de "feministas militantes" en la que no me hayan insultado o despreciado por el simple hecho de ser varón. Sé que muchas feministas no actúan así pero pocas veces he tenido la suerte de conversar con ellas en los foros. Sin embargo, no por esta eventualidad voy a caer en el error de despreciar al feminismo, o a las feministas, por las equivocaciones o abusos cometidos por algunas de ellas, que no se derivan de la idea del feminismo. Dando por hecho, claro, que realmente aquellas personas con las que me topé fueran feministas y no adscritas a otra ideología diferente velada bajo el apelativo de feminismo —como sería el femisexismo o el hembrismo.

El argumento de que sólo las víctimas de un fenómeno pueden comprenderlo no es válido, por las razones que has expuesto, y asimismo también podríamos decir que el machismo nos afecta a todos, así que todos lo hemos sufrido, y en cierto modo todos somos víctimas de esa forma pensar. El machismo no sólo postula un modelo de mujer sino también un modelo de varón, y los varones han sido presionados para seguir ese modelo. Aquellos que no encajaban en ese modelo han sido ancestralmente despreciados o denigrados.

Quienes dicen que sólo las mujeres pueden comprender el feminismo, que sólo ellas pueden hablar de feminismo o participar en el feminismo, están incurriendo en una discriminación sexista. Yo entiendo que el feminismo se opone al machismo, que es un tipo de sexismo, en primer lugar porque es sexista. Se supone que el feminismo se basa en la igualdad, así que hacer una discriminación sexista contradice el principio de igualdad en el que se fundamenta el feminismo.

Pienso que bajo la etiqueta de feminismo algunas personas están defendiendo un enfoque  sexista. Históricamente, en el movimiento feminista se identificaron dos corrientes principales: el "feminismo de la igualdad" y el "feminismo de género". Esta última corriente ha devenido en posturas de sesgo sexista en favor de las mujeres y en detrimento de los varones, discriminando a la gente sólo por su sexo. Por tanto, creo que sería más adecuado denominarla femisexismo.

No existe el "feminazismo", pero lo que sí existe son tendencias favorables a las mujeres que no cumplen con el principio de igualdad, en el que se basa el feminismo, como sería el caso del hembrismo, el matriarcalismo y el femisexismo. 

Tanto feminismo como hembrismo son opuestos al machismo como tal. Pero eso no quiere decir que sean lo mismo o equivalentes o parecidos; de la misma manera que el liberalismo y el comunismo se oponen al fascismo y no por eso entendemos que sean lo mismo o equivalentes. La diferencia es que el hembrismo sería equivalente o análogo al machismo, dado que simplemente sustituye a la mujer en el lugar del varón como género sexual predominante y opresor. En cambio, el feminismo rechaza el sexismo y se basa en la igualdad. Feminismo y hembrismo son nociones opuestas.

Tendencias como el hembrismo puede que existan no sólo a nivel téorico pero su presencia activa es casi marginal. Sin embargo, lo que sí está mucho más presente en nuestra sociedad es el femisexismo: una tendencia sexista que se auto-califica de feminista pero cuyos criterios comtradicen todo lo defendido por el feminismo desde sus orígenes.

Por femisexismo me refiero a lo siguiente: un grupo de personas padece algún tipo de abuso concreto. Exactamente el mismo abuso. Entonces ciertas activistas u organizaciones sólo denuncian el abuso cometido contra personas de sexo femenino, pero ignorando deliberadamente a las de sexo masculino que han sido víctimas del mismo abuso, y sin que dicho abuso tengan relación alguna con el prejuicio del machismo. Esas activistas u organizaciones dicen ser "feministas" pero a mi entender no lo son puesto que violan el principio de igualdad y no denuncian el machismo, sino que simplemente se preocupan por las mujeres por ser mujeres y pretenden una atención especial hacia ellas.

Dicen que debemos preocuparnos por las mujeres porque son mujeres, por pertenecer a un determinado género sexual —y no porque sean personas o porque sean víctimas de un prejuicio y una opresión específica. El femisexismo discrimina moralmente entre individuos según el sexo al que pertenecen para privilegiar y favorecer uno frente a otro. Esto es sexismo.

El femisexismo pretende establecer tratos discriminatorios de favor basados en el sexo. Eso está en las antípodas de lo que el feminismo ha reivindicado siempre.

En conclusión, el hembrismo existe quizás como idea, pero poco más. El "feminazismo" no existe. El feminismo no tiene ninguna relación con el fascismo. Pero lo que sí existe es el femisexismo. Esto es, una forma de sexismo que pretende privilegiar a las mujeres, y denigrar a los varones, para contrarrestar el sexismo machista que ha prevalecido hasta ahora; usando sus mismas pautas. Esto no es feminismo, pues el feminismo se basa en la igualdad y rechaza cualquier discriminación moral basada en el sexo.


25 de marzo de 2015

La naturaleza es un concepto



La noción de naturaleza es un concepto general que hemos creado nosotros para diferenciar esa parte de la realidad que no pertenece al contexto que denominamos cultural o artificial.

Llamamos naturaleza a todo aquello que no ha sido producido, manipulado o transformado directamente por los seres humanos. Un río es natural, es naturaleza, mientras que una tubería es artificial; aunque la tubería está hecha con elementos extraídos de la naturaleza.

La naturaleza no es un individuo, no es una persona, no es una entidad. La naturaleza es un concepto —es una abstracción sobre una parte que hemos seleccionado de la realidad pero que no se refiere a ninguna entidad real y concreta. Este concepto engloba a los elementos de la realidad que surgen fuera de la intervención humana: árboles, nubes, montañas, mares, planetas,...

Por tanto, la naturaleza no puede ser sabia ni cruel ni bondadosa ni ninguna otra cualidad que es propia sólo de los individuos, porque la naturaleza no es un ser individual que tenga emociones ni intenciones.

No hay ningún ente que sea "la naturaleza" que posea cualidades o que albergue proyectos. La naturaleza es un concepto que hemos inventado para discriminar desde nuestra perspectiva particular y antropocéntrica entre ámbitos de una misma y única realidad.

14 de marzo de 2015

Literatura para pensar



La novela «El Señor de las Moscas», de William Golding ; junto con «1984» de George Orwell; «Un Mundo Feliz», de Aldous Huxley, y «Farenheit 451» de Ray Bradbury, constituyen la tetralogía literaria moderna que más acertadamente ha escenificado los peores aspectos de la naturaleza humana: la violencia, el oscurantismo, la opresión y el totalitarismo.

6 de marzo de 2015

La ética no es una imposición





La ética no puede ser una “imposición” porque eso supondría alegar que se nos «im-pone» algo que no es inherente a nosotros. Es decir, que se nos fuerza a acatar algo que es ajeno a nosotros. Pero no es así.

La ética es una obligación inherente a nuestra propia facultad de razonar. Por eso no se puede imponer, por definición. Sólo podríamos decir que se im-pone (se introduce interiormente) en el caso de que fuera algo externo a lo que se nos quiere forzar.

La ética es una pura derivación de la lógica. El principio de igualdad y el concepto de valor intrínseco se derivan directamente del principio lógico de identidad. Esto no lo podemos imponer ni refutar; sólo lo podemos reconocer. No podemos imponer ni refutar que A=A.

Así, los principios básicos de la ética son puramente lógicos y estamos obligados a ellos por nuestra facultad de razonamiento. Estamos intrínsecamente obligados a reconocer que A=A y lógicamente a acatar ese principio en nuestra conducta. Pero no obligados en el sentido de forzados o coaccionados sino en el sentido de necesidad lógica.

Cuando decidimos ignorar o quebrantar esos principios entonces somos nosotros quienes estamos imponiendo nuestros deseos o intenciones por encima de los de otros individuos.

Si los demás individuos son igualmente sujetos como nosotros y tienen los mismos intereses básicos que nosotros (A=A) entonces lógicamente debemos considerarlos al mismo nivel que los nuestros puesto que son los mismos intereses, aunque se den en individuos diferentes. Esto es la igualdad en sentido moral. Lo opuesto a la imposición de unos sobre otros.

Podemos hacer leyes que impongan determinada conducta basándonos en normas morales. Esto sí. Las leyes jurídicas siempre son una imposición; son de carácter coactivo. Ahora bien, cuando le decimos a alguien que debe o no debe hacer tal cosa porque es éticamente incorrecto o injusto, no le estamos imponiendo nada. Porque ese mandato no es ajeno a su naturaleza moral. De hecho, le estamos diciendo que deje de imponer injustificadamente a los demás sus deseos y que sea consecuente con la razón, que es parte inherente de nuestra propia personalidad.

Además, la imposición nunca es un hecho intrínsecamente malo ni bueno por sí mismo. Puede ser correcto o incorrecto. Depende de si está moralmente justificada o no. Lo cual nos retorna de nuevo a los principios éticos que son el referente normativo de la moralidad. Y el único fundamento objetivo que puede tener una moral es la lógica.

En conclusión, la ética parece una imposición sólo para aquellos que no la han comprendido o asumido. Para quienes la hemos interiorizado reconocemos que una extensión de nuestra propia racionalidad. Las normas ética provienen de la razón, que es inherente a nosotros, no desde fuera de nosotros. Razonar no es una limitación sino un desarrollo de la personalidad racional.

1 de marzo de 2015

Ignorancia




No tengo problema en reconocer que soy ignorante en muchos temas.

Ignoro incluso lo básico de la carpintería, la mecánica y la física cuántica.

Al igual que no tengo problema en reconocer que mucha gente ignora hasta las nociones más elementales de filosofía, ética, política y nutrición.

Pero hacernos los ofendidos no nos va a traer el conocimiento que nos resuelva este problema.

Reconoce que eres un ignorante y, si quieres, soluciónalo.



25 de febrero de 2015

Los sentimientos




Los sentimientos pueden ser buenos o malos. Para saberlo necesitamos apelar a la razón. 

Por eso es un error creer que los sentimientos nos inclinan necesariamente a  lo que está bien. 

Los sentimientos en algunos casos pueden estar motivados por prejuicios o creencias inculcadas que van contra la realidad, contra la ética o contra nosotros mismos.

El poder de los sentimientos es muy grande, por eso requieren un control igual de riguroso, o mayor si cabe, al control que debemos aplicar sobre los razonamientos.

24 de febrero de 2015

Filosofía Política : Antonio García-Trevijano


Decir filosofía política en España es lo mismo que decir Antonio García-Trevijano, la mente más lúcida e independiente de la teoría política en nuestro país. Además de ser un gran intelectual, también es un excelente orador y él mismo explica muy bien sus ideas en las charlas y conferencias que ha ido dando durante varias décadas. Aquí dejo una selección de vídeos, en orden cronológico, de obligada visión para cualquiera que quiera tener nociones básicas y correctas sobre lo que es la política y lo que realmente significa la democracia. Esa democracia que nos robaron los partidos políticos que conspiraron aquella reforma del franquismo, aquel gran fraude, llamada "Transición".



























17 de febrero de 2015

Hanna Arendt y la banalidad del mal




Cuando Hanna Arendt ideó el concepto de «banalidad del mal» se refería a que el mal no era algo excepcional hecho por seres malvados sino que podía ser algo habitual y cometido por la gente normal. 

Esto lo vemos con toda claridad en el caso del especismo

Personas que no son psicópatas participan todos los días en  el abuso de animales inocentes sin apenas ser conscientes de lo que hacen. La gran mayoría de la sociedad financia la esclavitud y el asesinato de otros animales por simple inercia y placer.

7 de febrero de 2015

La igualdad



«Hasta  ahora,  la  fuerza  brutal  ha  gobernado  el  mundo  y  es evidente por los filósofos, escrupulosos en dar un conocimiento más útil al hombre de esa distinción determinada, que la ciencia política se encuentra en su infancia.»
                                                                                   ~ Mary Wollstonecraft

Hombres y mujeres somos diferentes en ciertas características. Es obvio. Pero también somos iguales de hecho en otros aspectos. 

La igualdad consiste en reconocer y respetar de forma igual esos elementos en los que somos efectivamente iguales. Esto es la igualdad en sentido moral.

Por ejemplo, somos iguales en que tenemos los mismos intereses básicos: deseamos conservar y proteger nuestra vida; deseamos evitar el daño y el sufrimiento; deseamos disfrutar y desarrollar plenamente nuestras capacidades; deseamos no estar sometidos coacctivamente a la voluntad ajena de otros. 

El sexo que tengamos no afecta a la posesión de dichos intereses (que forma parte de la capacidad de sentir) por tanto, es injusto (contrario al principio de igualdad) discriminar, o menospreciar, esos intereses entre individuos por motivo de sexo. Que tengamos un sexo u otro no afecta al hecho de que somos seres dotados de sensación.

Del mismo modo, si tenemos la misma (o muy similar) capacidad de inteligencia, entonces debe ser considerada y respetada nuestra igualdad de oportunidades para lo que esa inteligencia nos permita hacer, y no ser discriminados por el hecho de tener un sexo u otro. Ser mujeres u hombres no afecta a nuestra inteligencia.

El principio de igualdad significa respetar lo que es igual y no tratar de manera diferente aquello que es igual, de hecho, sino tratarlo de forma igualitaria.

Sin embargo, a menudo se confunde la igualdad con otros principios morales.

La igualdad no consiste en forzar a los individuos a una igualdad artificial en lo que no hay igualdad. Por ejemplo: no tenemos por qué imponer una igual cantidad de individuos masculinos y femeninos en un contexto político. No tiene por qué haber una cuota para ningún sexo. Esto es una discriminación sexista. Estar en contra del sexismo significa acabar con prejuicios y normas que promueven la discriminación en función del sexo. Una política no-sexista (igualitaria) se basa en una valoración objetiva de los méritos y habilidades de cada individuo independientemente del sexo de los implicados. 

Pensar que una estructura política tiene que ser obligada a reflejar proporcionalmente determinados rasgos biológicos en la composición de sus integrantes, en correspondencia con la proporción que haya en la sociedad, es una variante más de la falacia naturalista. Es un argumento erróneo que pretende convertir un simple hecho natural en un criterio moral. Que en el mundo (la naturaleza o la sociedad) haya mitad hombres y mitad mujeres (o incluso más mujeres que hombres) no justifica que esa proporción deba ser impuesta en la política o cualquier otro ámbito. Esto sería discriminación; no igualdad. Y no sería un discriminación moralmente justificada, puesto que se basa en el sexo de los individuos. Y ya hemos señalado que el sexo no afecta ni la capacidad de sentir ni a la capacidad de inteligencia. 

El principio de igualdad no fundamenta el hecho de imponer una nivelación igualitaria en aquello en lo que de hecho no somos iguales. Esto último sería la solidaridad (forzada o voluntaria). No son lo mismo.

La igualdad no se puede imponer, por definición. La igualdad es un hecho auto-existente que se considera, se reconoce, se respeta. Pero cuando somos desiguales y tratamos de compensar en aquello que somos diferentes entonces no estamos apelando a la igualdad sino a la solidaridad


La igualdad es un hecho previo que no podemos forzar. Lo que sí podríamos imponer (o promover) es la solidaridad entre individuos, es decir, repartir beneficios en aquellos aspectos precisamente en los de hecho no somos iguales, ni podemos serlo

Dado que los individuos no somos iguales en inteligencia ni en habilidades ni capacidades, podemos acordar que haya compensaciones altruistas de aquellos que más tienen hacia aquellos que menos tienen, para así lograr una cohesión social. Precisamente porque no somos iguales es por lo que se estima necesario o conveniente lograr este reparto solidario. 

Pero quede claro que la solidaridad no es igualdad ni puede conseguir la igualdad ni se fundamenta en el principio de igualdad. Es un principio distinto y aparte y requiere una justificación diferente.

En definitiva, por el principio de igualdad estamos moralmente obligados a aplicarla en nuestra vida, en nuestra conducta, y también nos exige que fomentemos esta igualdad en la comunidad moral (y, por tanto, en la sociedad, que está sostenida por agentes morales) para evitar así que el prejuicio del sexismo continúe o aparezca.

26 de enero de 2015

La pluralidad de posturas filosóficas



«La diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos sean más razonables que otros, sino tan sólo de que dirigimos nuestros pensamientos por derroteros diferentes y no consideramos las mismas cosas. No basta, en efecto, tener un buen ingenio sino que lo principal es aplicarlo bien.» - René Descartes

La cuestión es: ¿por qué hay tantas posturas filosóficas distintas?


Tengo dos aproximaciones respecto de esta cuestión.

La primera es que los seres humanos están sujetos al error. Por mucho que nos esforcemos en pensar y razonar correctamente, siempre existe la posibilidad de que nos equivoquemos, ya sea por descuido, por incapacidad, por negligencia o por falta de información suficiente. Incluso las máquinas más precisas pueden cometer fallos. Y está demostrado que la máquina biológica que es nuestro cerebro también comete errores. Esto podría explicar en parte la diversidad de posturas y opiniones.

La única manera de evitar y superar el error sería a través del constante ejercicio del pensamiento crítico a lo largo de la vida individual y de las generaciones venideras. Todas las ideas deben ser tomadas en principio como hipótesis y teorías que hay que analizar rigurosamente de acuerdo a la lógica y las evidencias empíricas.

La segunda respuesta es que las ideologías y las doctrinas no suelen ser producto exclusivo de la razón. Se supone que la razón debe ser el criterio y fundamento de la filosofía, pero lo cierto es que las ideas también surgen como consecuencia de emociones, sentimientos, deseos y necesidades. Muchas creencias están influidas o directamente basadas en aspectos sentimentales. Teniendo en cuenta la gran diversidad del espectro sensitivo, eso explicaría la diversidad de teorías que encontramos.

Existe la hipótesis de que algunas doctrinas filosóficas son meras racionalizaciones de creencias previas, prejuicios, traumas o preferencias personales, y no son producto del examen racional. Por esto habría tanta variedad. Si bien, pienso que apenas se puede equiparar con la diversidad que encontramos en otros ámbitos no-racionales por definición como son la estética y la religión. La razón tiende a la unidad de la lógica, mientras que lo empírico-sensitivo es de naturaleza plural.

En conclusión, dado que no somos seres exclusivamente racionales, tenemos que aceptar inevitablemente nuestra naturaleza sensitiva. Y ser racionales, o razonables, no significa anular o marginar las emociones. Ser racional consiste en aceptar que nuestros sentimientos también sirven para concer el mundo, al mismo tiempo que nos esforzamos por asumir que la razón es el criterio objetivo que debe validar la información de nuestros sentidos. Sin razón no hay conocimiento. Sin razón sólo habría experiencia del mundo y nada más.

20 de enero de 2015

Paquito, el puñetero

Ya sabemos de sobra que algunos religiosos agreden a otras personas por considerar que han ofendido sus creencias (o que han ofendido a no sé qué dios). Hace poco asesinaron a doce personas a sangre fría en París. Por poner un ejemplo reciente, de entre otros muchos. Paquito no nos cuenta nada que no sepamos todos ya.

Esas frases pertenecen a un discurso mucho más amplio que trata sobre los "limites de la libertad de expresión", es decir, que está explicando su postura, como líder sectario, acerca de este tema. Y ha dicho explícitamente que, según su criterio irracional, un límite a esa libertad estaría establecido en las creencias religiosas. Por tanto, él considera que vulnerar ese límite justifica ser agredido por los religiosos. No se está limitando a describir lo que hacemos (en ningún caso yo agredería a nadie simplemente por haberme insultado o haberse burlado de mis ideas, ni considero que tal agresión esté moralmente justificada) sino que está sermoneando sobre lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer.

Amenazar a alguien con agredirle sólo porque te ha insultado (o tú consideras que te ha insultado) es violencia en forma de venganza. Y lo que dice Paquito es que es "entendible" que vayamos por ahí agrediendo físicamente a la gente sólo porque nos resulta desagradable lo que dicen. Decir esto es una expresión de fomento y tolerancia hacia la violencia.




Paquito dijo que el límite de la libertad de expresión debe reprimirse en la burla hacia las creencias religiosas. Simplemente porque a él le da la gana. Ningún derecho, ninguna razón moral, justifica reprimir la burla hacia las creencias religiosas. Y también dijo que si no nos callamos entonces nos dará un puñetazo. Se puso del lado de los terroristas que agreden a aquellos que consideran que han ofendido a la religión. Hay una evidente diferencia de grado entre un puñetazo y una pistola, pero es la misma violencia.

Bueno, ¿y por qué diantres tendríamos que reprimir la burla? ¿Eso por qué? ¿Porque Paquito le da la gana? No, hombre no. Lo que tenemos que erradicar es la violencia. La burla no es violencia. Puede ser quizás molesta o desagradable, pero no es violencia. No se impone a nadie. El humor no es violencia, del mismo modo que la literatura de terror tampoco es violencia. Son géneros de expresión artística que pueden gustarnos más o menos, pero que son meramente representativos y no agreden ni atentan contra los derechos fundamentales de nadie. Si alguien hace una burla de mis ideas, me puede molestar, pero eso no es equiparable ni está en la misma categoría que una agresión física. La agresión física es violencia. 

¿Por qué se supone que tenemos que ser comprensivos con la agresión pero no con la burla? ¿Acaso no es habitual que la gente se burle de las ideas de otros o incluso de otras personas? Es algo totalmente cotidiano y humano. Si comprensivos tenemos que ser con la naturaleza humana y su agresividad innata entonces ¿por qué no ser comprensivos con la burla en lugar de con los puñetazos? La burla puede ofender un sentimiento, pero nada más. Un puñetazo puede herir o incluso matar a alguien. Es evidente, de nuevo, que los religiosos valoran más sus creencias que el respeto por las personas y sus derechos, empezando por su derecho a la seguridad y la integridad física.

El Papa ha querido posteriormente "aclarar" sus declaraciones, que lo único que nos aclaran es que se reafirma en su postura:
«Yo no puedo insultar, provocar a una persona continuamente porque corro el peligro de que se enfade y corro el peligro de recibir una reacción injusta. Es algo humano‘, afirmó hoy el pontífice argentino en el vuelo de regreso a Roma. ‘La libertad de expresión tiene que tener en cuenta la realidad humana y tiene que ser prudente‘, agregó, citado por la agencia de noticias EFE.»

Aunque luego él añadiera que la agresión es "injusta" eso no anula todo lo demás que expresó en favor de la violencia y la represión religiosa contra la libertad de expresión. No se retractó de nada de lo que dijo anteriormente. 

Da igual que alguien afirmara, por ejemplo que violar mujeres es una acción injusta si a continuación añadiera que él va a seguir violando mujeres, que es "comprensible" que violemos mujeres y que debemos respetar a aquellos que violan mujeres. Aunque esa persona reconozca que eso está mal, todo lo demás que ha expresado es una aprobación y fomento en favor de la violación. Mucha gente dice: "sí, está mal, pero...." y a continuación busca excusas para justificar lo injustificable.

Por analogía; si afirmamos que el canibalismo es injusto para luego decir a continuación que el canibalismo es "comprensible" porque hay gente a la que le gusta comer carne, y que debemos "entender" que haya gente que mate a otra para comérsela, es fomentar el canibalismo. Es ser tolerante con el canibalismo y frivolizar con el asesinato. Eso es lo que es. 




De hecho, ese tipo de declaraciones que ha hecho Paquito me recuerdan a quienes dicen que es comprensible que violen a las mujeres porque van por ahí "provocando" con su ropa o frecuentando determinados sitios que no deberían. ¿También tenemos que "comprender" esto? La violación es algo normal (habitual), por desgracia. Pero ¿acaso la vida de las mujeres tiene que estar limitada por la voluntad de los acosadores y violadores? A mí me parece que rotundamente no. En todo caso, nosotros deberíamos limitar la libertad de esos abusadores hasta que aprendan a respetar a las mujeres.

Lo que dijo Paquito es equivalente al hecho de advertir a las mujeres que tengan cuidado en determinadas situaciones o con determinados individuos que podrían agredirlas sexualmente. Pero no; no es eso. Lo que él ha dicho es exactamente equivalente a decir que es "comprensible" que si vemos a mujeres vestidas indebidamente nos tiremos encima de ellas y las violemos, y que, por tanto, ellas deben vestir o actuar de otro modo para evitar que las violemos. Lo que él ha dicho es equivalente a decir que si ve una mujer indebidamente vestida, él mismo la violará. Eso es exactamente lo que ha dicho, en analogía, con sus declaraciones. Declaraciones propias de un matón y no de alguien que dice seguir a Jesucristo.

Porque, además de la cuestión ética, Paquito demuestra una flagrante hipocresía respecto de la doctrina de Jesucristo, quien explícitamente postula en los Evangelios que debemos renunciar a la violencia, a la venganza [respecto de seres humanos] y que en caso de ser agredidos "debemos poner la otra mejilla", es decir, no responder nunca de forma agresiva ante cualquier ataque. Esto lo dice literalmente, pero luego casi todos los cristianos interpretan de forma arbitraria los textos y hacen lo que les da la gana, como ha demostrado Paquito.

El derecho a la libertad de expresión únicamente se puede limitar justificamente en casos excepcionales cuando esa libertad se usara para violentar algún derecho fundamental de las personas. Pero las creencias no tienen derechos. Y ninguna persona tiene derecho a que los demás no se burlen de sus creencias, sean cuales sean. La burla no atenta contra ningún derecho moral.

El derecho a tener una religión jamás justifica que esa religión se imponga en modo alguno a los demás. Limitar la libertad de expresión (o cualquier otro derecho fundamental) en función de las creencias religiosas es imponer la religión a los demás que no profesan dicha religión. La prohibición de la burla a la religión (la denominada blasfemia) es una creencia religiosa y no se puede justificar moralmente.




Tenemos derecho a expresar nuestra opinión sobre la religión, aunque a los religiosos no les guste. Los derechos individuales no dependen de lo que unos cuantos les guste o les deje de gustar.

Y repito de nuevo que si Paquito fuera un mínimo de coherente con la doctrina del cristianismo, habría condenado enérgicamente la violencia, y animado a la gente a que siguiera el ejemplo de Jesucristo y no respondiera en forma agresiva a las agresiones, en lugar de haber fomentado la violencia y frivolizar sobre ella. Quien se dice seguidor de Jesucristo, que además se erige a sí mismo como "guía" y autoridad religiosa, ha reconocido que lo que Jesuscristo hiciera y dijera se lo pasa por el forro.


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