26 de septiembre de 2014

Noctambulismo



En este ensayo me gustaría exponer una breve reflexión sobre la condición de noctambulismo. Si bien, antes considero que es apropiado aclarar sobre qué estamos hablando exactamente.

En primer lugar, he de señalar que al parecer existe una habitual confusión entre noctambulismo y sonambulismo. Si uno busca artículos sobre este tema comprobará que en muchos de ellos se utilizan erróneamente ambos términos como sinónimos. Pero no tienen nada que ver.

El noctanbulismo es la condición de la persona que de forma natural —sin condicionamiento cultural o circunstancial— tiende a estar despierta por la noche y a dormir en las horas diurnas. Esto es, lo contrario de la tendencia diurna natural de la gran mayoría de la humanidad. 


En cambio, el sonambulismo es un trastorno que hace que la gente que está dormida se levante en pleno sueño —sin importar si es de día o de noche— y actúe andando y realizando actividades sin despertarse, lo cual puede conllevar peligros para su vida y la de los demás.


Tampoco conviene confundir el noctambulismo con la insomnia o la dificultad para dormir. Un insomne es alguien que tiene problemas graves respecto del hecho mismo de conciliar el sueño, debido a algún desarreglo físico o psicológico. Pero un noctámbulo no es insomne. El noctámbulo, por lo general, duerme perfectamente durante el día, a pierna suelta. Aunque un noctámbulo puede padecer ocasionalmente de insomnia, se trata no obstante de dos estados categorialmente diferentes.


Otra aclaración: el noctámbulo tampoco es sinónimo de vespertino. El vespertino es la persona de tendencia diurna pero que, a diferencia de los diurnos madrugadores, no le gusta despertarse en la mañana temprana y prefiere levantarse en las horas previas del mediodía y se encuentra mucho mejor desarrollando sus actividades durante la tarde y ya entrada la noche. Son personas que tienen preferencia a acostarse a unas horas más tardías, habiendo pasado la medianoche, pero que sin embargo no poseen una inclinación a estar despiertas durante toda la noche y hasta después del amanecer, como sería el caso de los noctámbulos.


Una persona noctámbula lo es biológicamente. El noctambulismo no es una decisión personal ni es un "estilo de vida" elegido de forma voluntaria. El noctambulismo es una condición inherente del individuo, al igual que lo es la orientación sexual o el sexo biológico. Es decir, es una característica que proviene de la configuración de nuestro cerebro, no de elecciones o experiencias vitales.


Por supuesto, no estamos hablando de estados rígidos y absolutos sino que nos referimos a tendencias. Cada individuo se aproximará en mayor o menor medida a alguno de los promedios señalados entre la mañana, la tarde y la noche.



Al igual que sucede en el caso de los homosexuales —o en general con gente que no es heterosexual— el noctámbulo es visto como alguien extraño o que padece algún trastorno. Pero esto es una creencia falsa. Los noctámbulos viven y rinden igual que los diurnos, salvo por la peculiaridad de que lo hacen mucho mejor por la noche que por el día —al contrario que las personas de naturaleza diurna. Dado que vivimos en una sociedad y una cultura diurnas, quienes contradigan este canon establecido padecerán incomprensión e incluso rechazo.

Algunos artículos afirman que los noctámbulos suelen tener peor salud que la gente 'normal'. Pero en realidad el perjuicio para la salud sólo puede ocurrir en el caso de que alguien que no fuera de naturaleza noctámbula eligiera o se viera obligado a llevar un horario activo por la noche y tener que dormir durante el día. La persona de naturaleza diurna que se dedique a estar despierta por la noche no es un noctámbulo; es un diurno trasnochador. Los estudios realizados al respecto tienen sentido respecto de este colectivo de personas diurnas que circunstancialmente permanecen despiertas durante la noche.


Los noctámbulos no tienen por qué tener peor salud que el resto de personas. Aunque pudiera ocurrir, por ejemplo, que alguien que no se exponga nunca al sol padezca deficiencia de vitamina D; un noctámbulo puede tomar el sol durante las horas del amanecer —o a cualquier otra hora que le convenga. Ser noctámbulo tampoco significa ni implica tener alergia al sol ni nada parecido. Y, en cualquier caso, existe además la opción de tomar suplementos alimenticios.


Por otra parte, no es cierto que los diurnos sean intrínsecamente más felices que los noctámbulos. Sólo sucede que resulta más dificultoso para un noctámbulo vivir en una sociedad diurna, dado que no coincide con su propio cronotipo, frente a quienes poseen la tendencia natural de estar activos de día y dormir por la noche. Muchas personas de condición noctámbula sufren durante toda su vida el tener que adaptarse a un horario diurno y jamás dejan de tener problemas por este motivo precisamente debido a que su inclinación natural es la de estar despiertos por la noche e irse a dormir después en las horas del amanecer.


Tampoco es cierto que el noctambulismo esté necesariamente asociado a tener una personalidad sombría, introvertida o depresiva. No hay relación. Ni tiene por qué agradarle obligatoriamente la subcultura gótica y otras manifestaciones culturales que rinden culto a la noche y la oscuridad.

Un noctámbulo puede ser divertido, simpático y amigable como cualquiera. El único problema es que el horario normalizado en la sociedad no coincide con su ritmo circadiano y eso puede afectar perjudicialmente al desarrollo de su personalidad. Aparte, el noctámbulo que consiga adaptar la rutina de vida a su propia naturaleza se encontrará con que no resulta fácil encontrar ocasiones para la extroversión cuando la mayoría de la gente se dedica a dormir mientras él está despierto, excepto quizás para aquellos que se dediquen a actividades de ocio y entretenimiento nocturnas.


Existen otros prejuicios contra el noctambulismo, aún bastante peores, como el de asociar el noctambulismo con cierta clase de maldad. Existe la idea de que si alguien elige está despierto por la noche es que trama algo contra los que duermen. Tradicionalmente, las conspiraciones se han escenificado sucediendo siempre durante las horas nocturnas, para evitar así ser descubiertas. Y ya sabemos que algunos delincuentes aprovechan la oportunidad de la noche para cometer delitos. La nocturnidad es un agravante en muchos códigos penales. Sin embargo, parece claro que esas actividades se realizan en la noche simplemente por razones instrumentales o circunstanciales.

No hay prueba que relacione el noctambulismo con alguna inclinación a la maldad. ¿Acaso la gente diurna no comete crímenes? Tampoco hay evidencia que señale un mayor porcentaje de criminales o violentos entre los noctámbulos, ni existe argumento alguno que explique siquiera por qué debiera haber semejante conexión.

Por otra parte, recientemente se han publicado varios estudios señalando que «los noctámbulos son más inteligentes que los madrugadores». Me parece que esos estudios no serían muy rigurosos, pues confunden, como casi siempre, correlación con causalidad, y además tampoco diferencian bien entre noctámbulos y gente que tiene una inclinación vespertina.

No sabemos por qué algunos seres humanos son noctámbulos. Hay hipótesis al respecto de todo tipo; algunas bastante curiosas o extrañas. En los seres humanos, al igual que el resto de primates, lo habitual es tener una tendencia diurna. Pero en otros animales, como es el caso de búhos y murciélagos, su condición natural es la de estar despiertos por la noche y dormir durante el día. Recientes investigaciones señalan una mutación genética que favorece un cronotipo diferente. El hecho de que haya humanos noctámbulos puede ser una desventaja individual dentro de una sociedad diurna, pero a toda sociedad le conviene que haya algunos individuos que estén despiertos por la noche para realizar labores especiales de vigilancia o mantenimiento.

Es probable que muchas personas nocturnas, especialmente las más jóvenes, no hayan tomado conciencia de su personalidad noctámbula y crean que se debe a una cuestión de hábitos o a un problema de insomnio, pero esta conclusión se deriva de un error surgido de la falta de conocimiento sobre esta tendencia inherente a la naturaleza del individuo.

Creo que sería más saludable para todos el tomar conciencia del hecho de que alguien es noctámbulo, en el caso de que realmente lo sea, y tratar de vivir lo mejor posible de acuerdo a esta condición, en lugar de pensar equivocadamente que se padece algún supuesto trastorno que no existe en verdad.


Termino con estas palabras del blog IronShrink, escrito por un psicólogo de condición noctámbula:

«Los hábitos de sueño no definen a una persona. [...] En cuanto a mí, ahora está amaneciendo, lo cual significa que es hora de irme a dormir.» 

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