30 de agosto de 2021

Nigel Warburton

Para introducirse en la filosofía yo recomendaría todos los libros publicados por Nigel Warburton, o cualquiera de ellos, porque son muy didácticos y están escritos para un público general con un estilo muy ameno y entretenido. Creo que en español se han traducido cinco hasta ahora.






12 de julio de 2021

El día que Bertrand Russell aprobó el nazismo



En un momento durante el célebre debate entre Frederick Copleston y Bertrand Russell, el profesor Copleston replica a lord Russell que si en efecto la ética se define por conseguir como objetivo la mayor felicidad, como el propio Russell defiende, entonces el nazismo podría ser justificado alegando que, a pesar de que emplea medios muy crueles y perversos, su objetivo final es conseguir la mayor felicidad en el mundo; a lo cual Russell contesta simplemente que si en efecto fuera así entonces tendría que aceptarlo aunque de mala gana.

Aquí se puede leer el fragmento exacto de ese momento en la conversación:


Cositas que tiene el consecuencialismo.

Por supuesto, no estoy afirmando que Bertrand Russell apoye o defienda el nazismo, sino que el planteamiento moral que él defiende, bajo determinados parámetros, conduce por coherencia formal a considerar que es moralmente aceptable una doctrina como el nazismo, en el caso de que cumpla con el criterio utilitarista de lograr la mayor felicidad.

19 de mayo de 2021

El efecto Dunning-Kruger a la inversa


Considero que el efecto Dunning-Kruger puede funcionar a la inversa, y que esto sucede cuando un especialista en una materia piensa que precisamente por ser un especialista en la materia ya sabe todo lo que tiene que saber al respecto y que los demás no tienen nada que enseñarle.

El efecto Dunning-Kruger no tiene por qué ser menor en un especialista, sino que puede ser incluso mayor que en el caso de un lego, al autopercibirse como una autoridad que ya sabe todo lo que se puede saber y esto le conduce a sobrevalorar enormemente su conocimiento y habilidad.

El filósofo Fernando Savater y sus argumentos contra el animalismo son un claro ejemplo de ello. Savater es filósofo profesional y ha sido catedrático de ética en la universidad. Ha publicado libros defendiendo la tauromaquia y el antropocentrismo y atacando a las posiciones animalistas. El problema es que leyendo sus textos parecen escritos por alguien que de filosofía apenas conoce el nombre, porque están tan repletos de falacias y fallos argumentales en general, hasta el punto de que es imposible encontrarse una página sin ellos. Uno puede leer al respecto las severas críticas de Renzo Llorente y de Gustavo Ortiz-Millán.

«Incluso escritores insignes como Fernando Savater y Mario Vargas Llosa, en sus recientes apologías de la tauromaquia publicadas en este diario, no han logrado formular un solo argumento que se tenga en pie, pues aceptan y rechazan a la vez razonamientos con idéntica forma lógica por el mero hecho de que sus conclusiones se refieran en un caso a toros y en otro a seres humanos.» Jesús Mosterín [El triunfo de la compasión]

Leer lo que ha escrito Fernando Savater provoca vergüenza ajena. Esto es, en el caso de Savater parece que hubiera pensado: «Oye, soy catedrático de filosofía así que tengo que saber todo lo relacionado con la filosofía y ni me preocupa de que lo digo al respecto tenga siquiera una mínima coherencia lógica.»

Cualquiera persona con una cultura básica y un cierto conocimiento de la filosofía animalista podría refutar fácilmente todos los argumentos de Savater, pero en este caso el síndrome de Dunning-Kruger a la inversa actuaría para despreciar cualquier aporte o réplica al respecto alegando simplemente que el autor no es un especialista académico en la materia. Esta actitud converge con la denominada falacia del alegato especial, basada en la idea de que sólo unos pocos seres especiales pueden comprender o explicar determinada cosa.

Me llama un poco la atención que apenas haya podido encontrar nada en la bibliografía sobre este efecto inverso del síndrome Dunning-Kruger. Al parecer se da por supuesto que este efecto sólo funcionaría en un sentido y nunca  la inversa.

21 de abril de 2021

La distinción entre mal y maldad


Uno puede cometer un acto malo pero sin ni siquiera tener noción de estar haciendo algo malo. Ese acto puede formar parte de las costumbres y hábitos que nos han inculcado desde la infancia. Ese acto puede ser creído erróneamente como algo bueno o inocuo. Por esta razón, Hanna Arendt hablaba de «la banalidad del mal»; de lo fácil que es cometer males en la vida cotidiana. Pero no hablaba de 'la banalidad de la maldad', porque esto es otra cosa. Para cometer una maldad uno tiene que ser consciente de estar haciendo algo malo y desear hacerlo de forma intencionada. No es una diferencia supuesta sino real. Una acción mala en sí misma no es una maldad sino una inmoralidad o una injusticia. Para que además haya maldad tiene que haber lo que en filosofía jurídica se denomina dolo. Tiene que haber una intención consciente de cometer un mal a sabiendas. Esto es la maldad. Así pues, el mal y la maldad son dos conceptos diferentes.

Explotar a los animales es un mal, es un acto injusto, pero no puede ser una maldad mientras quien lo comete no sea consciente de estar cometiendo un mal y decida cometerlo intencionadamente a pesar de todo. Consumir carne, y consumir productos de origen animal en general, es un mal, es una mala acción, pero la mayoría de la gente ni siquiera se ha planteado que sea algo moralmente malo. La mayoría simplemente continúa el hábito y la costumbre de explotar animales por inercia. Maldad es cometer un acto malo que sabes que está mal. La mayoría de la gente creo que ni siquiera sospecha que esté haciendo algo malo sino que simplemente repiten los hábitos que les inculcaron desde la infancia y no se plantean la moralidad del asunto.

24 de febrero de 2021

El problema ético en la filosofía de Spinoza


En este breve ensayo querría exponer lo que a mi juicio supone un grave problema moral en la filosofía de Spinoza. En esta entrada parto de que ya estamos bien familiarizados con el pensamiento spinoziano.

Si aceptamos la tesis que defiende Spinoza de que el Universo es Dios [Deus sive Natura] entonces no tiene sentido que alguna acción pueda ser considerada objetivamente inmoral. Spinoza no defiende simplemente un monismo ontológico sino que defiende además que el Ser es Dios y debe ser reverenciado como tal. Este pensamiento conduce necesariamente a negar que pueda existir la ética como entidad autónoma. Así, las acciones sólo pueden ser evaluadas subjetivamente en función de si nos perjudican o nos dañan, pero no podemos juzgar que haya acciones que sean objetivamente correctas o incorrectas de acuerdo a un parámetro moral.

Spinoza afirmó literalmente que Dios y Naturaleza eran lo mismo en el sentido de que hacían referencia al mismo Ser, pero no dijo que ambos términos significaran lo mismo. Usó los dos términos a propósito. Si él hubiera querido defender que sólo existe la Naturaleza lo habría dicho así. Pero no. Spinoza defendió que el Universo es Dios y lo expresó de esa manera porque pensaba que debíamos tener una actitud religiosa y reverencial hacia lo existente. Está usando los dos términos porque considera que los dos tienen significados diferentes pero que hacen referencia a un mismo ente.

Spinoza afirma literalmente que el Mundo y Dios son exactamente lo mismo; son la misma entidad. Por tanto, su sistema es monista. Pero Spinoza no se limita a decir que sólo existe el Mundo sino que dice que el Mundo es la Divinidad y, por tanto, todo lo existente es divino. Esto implica que la violación de niños sería un acto divino. Así que la ética no tiene cabida en el sistema de Spinoza puesto que la ética establece que hay cosas que son objetivamente malas o buenas. Si todo es divino entonces la ética ya no tiene cabida y sólo queda apelar al subjetivismo de distinguir lo que particularmente me beneficia o me daña, como se puede comprobar en este fragmento de la «Ética» de Spinoza:

«El conocimiento del bien y el mal no es otra cosa que el afecto de la alegría o el de la tristeza, en cuanto que somos conscientes de él. Demostración: Llamamos «bueno» o «malo» a lo que es útil o dañoso en orden a la conservación de nuestro ser (por las Definiciones 1 y 2 de esta Parte), esto es (por la Proposición 7 de la Parte III), a lo que aumenta o disminuye, favorece o reprime nuestra potencia de obrar. Así pues (por las Definiciones de la alegría y la tristeza: verlas en el Escolio de la Proposición 11 de la Parte III), en la medida en que percibimos que una cosa nos afecta de alegría o tristeza, en esa medida la llamamos «buena» o «mala», y así, el conocimiento del bien y el mal no es otra cosa que la idea de la alegría o de la tristeza que se sigue necesariamente (por la Proposición 22 de la Parte II) del afecto mismo de la alegría o de la tristeza.» Baruch de Spinoza, Ética, [Parte Cuarta, proposición VII]

Violar a un niño puede ser juzgado como un acto inmoral porque vulnera principios éticos elementales como el principio de igualdad o el principio de valor intrínseco. Pero violar a un niño no es contrario a la naturaleza, porque si lo fuera entonces no existirían los pedófilos, los pederastas ni los pervertidos. Claramente es algo que está en la naturaleza.

Más aún, bajo la perspectiva spinoziana, carece por completo de sentido decir que algo es contrario a la naturaleza. Eso es un imposible lógico. Lo contrario a la Naturaleza no puede existir siquiera. Todo lo que existe es Naturaleza, que además es idéntica a Dios.

Si estoy en lo cierto entonces, a pesar del título de su obra canónica, en la doctrina de Spinoza no hay ninguna ética propiamente dicha. Ésta es la cuestión. Lo que Spinoza señala es que estar alegre es más beneficioso que estar triste. Eso es puro subjetivismo, puro egoísmo moral. Esto no tiene que ver con la ética. La ética se basa en la consideración imparcial de los intereses de todos los individuos implicados o afectados por nuestras acciones, como explica el profesor James Rachels.

Si aceptamos que el Mundo es Dios, que Dios es el Mundo, y por tanto todo lo que existe es divino, entonces ya no se puede juzgar que algo sea bueno o malo desde una perspectiva ética. Tanto la bondad como la maldad serian igualmente divinas. Podríamos juzgar que algo es subjetivamente agradable o desagradable, beneficioso o dañino, pero ya no podríamos juzgar que algo sea éticamente bueno o malo. La filosofía de Spinoza disuelve la ética en el subjetivismo y el relativismo materialista.

Es irónico pues que Spinoza llame Ética a un tratado de ontología cuyo planteamiento implica disolver el propio concepto de ética.

En conclusión, la ontología de Spinoza sirve para justificar la pederastia y toda clase de abusos con la excusa de que sirven para desarrollar las potencialidades de los entes que conforman el mundo. Es por esto que pienso que Isaiah Berlin se equivocó al acusar a la filosofía de Kant, o más bien a una interpretación distorsionada de ella, como detonante inintencionada del romanticismo y el irracionalismo moderno. Es cierto que algunos románticos tomaron ciertos conceptos de Kant para articular sus pensamientos, en un sentido contrario al del propio Kant, pero en realidad la filosofía de Spinoza es la verdadera precursora moderna del fascismo ideológico. En ella se inspiraron Fichte y Hölderlin, Hegel y Schelling, que a su vez sirvieron de inspiración directa a los doctrinarios del nacionalsocialismo y sus continuadores contemporáneos como el neonazi William Luther Pierce y su filosofía del cosmoteísmo. Estoy seguro de que a éstos últimos no les habría hecho ninguna gracia comprobar que las raíces de su pensamiento fueron establecidas por un judío.

Por otra parte, no es menos irónico que Spinoza llame Dios al Mundo y que al mismo tiempo su filosofía haya inspirado también a tantos pensadores posteriores a considerar la anulación del concepto de Dios. Podemos asumir la filosofía spinoziana sin tener que incluir obligadamente el apartado de que la Naturaleza es Dios. Podemos quedarnos simplemente con la Naturaleza. Es una interpretación parcial pero no lógicamente incorrecta en sí misma.

Aparte de todo esto, yo creo que Spinoza diviniza el Ser por motivos terapéuticos. ¿No es ésa la motivación profunda de la religión? Spinoza no puede aceptar intelectualmente la existencia de un dios personal, transcendente y sobrenatural. Pero eso no significa que no necesite psicológicamente serenarse ante las desventuras de la vida y la angustia de la muerte. Por tanto, lo que se le ocurre es considerar que el mundo es divino y debemos aceptar de buen grado todo lo que existe y todo lo que sucede. Esa idea ya aparece en el estoicismo antiguo. Incluso tiene conexión con el satanismo moderno, que niega a Dios y defiende que se debe reverenciar al mundo existente.

14 de febrero de 2021

Pádelton: Una filosofía de la amistad


He castellanizado el título de la película, que se refiere al juego que han inventado los protagonistas: una mezcla de pádel y frontón. Aviso de antemano que esta redacción puede desvelar partes de la trama. Así que no la lean si prefieren ver la película sin saber previamente lo que va a suceder en ella. 

Aristóteles explicó que existían tres tipos de amistad: la amistad basada en el la utilidad recíproca, la amistad basada en el placer y la amistad basada en el aprecio mutuo. Creo que hoy en día no catalogaríamos como amistad salvo a la última, si nos referimos a la amistad como experiencia particular. La amistad sería pues una relación diferente a la sexualidad, el amor, el compañerismo, la camaradería, la consanguinidad. Así, no es lo mismo tener un amigo, en este sentido singular de la amistad, que tener una amante, una esposa, un hermano, un compañero, un socio, o un colega. Por supuesto, no se trata de relaciones incompatibles con la verdadera amistad pero ni son lo mismo ni tienen por qué darse a la vez.

Esta película trata sobre la amistad en este sentido singular. Sobre la amistad que es pura amistad, sin interés sexual, amoroso, utilitario, o de cualquier otra clase, y que no es otra cosa que una especial afinidad y un fuerte aprecio mutuo que surge espontáneamente entre dos personas. En esta amistad hay afecto y cariño, pero de manera diferente al hay que en una relación amorosa o de pareja, o en una relación familiar. Al igual que en otras relaciones, los amigos disfrutan compartiendo actividades, se apoyan mutuamente, son leales entre sí, se sienten mejor estando juntos que separados por el simple hecho de compartir la presencia y el tiempo.

Pienso que ese tipo de amistad es algo muy poco frecuente de poder encontrar fuera de la infancia y la primera adolescencia. Cuando llegas a la edad adulta y tienes que afrontar obligaciones familiares, amorosas, laborales, políticas, ya queda muy poco espacio para la amistad. Para muchos, sólo en la infancia y la adolescencia, si estás en gran medida libre de aquellas obligaciones, puedes tal vez encontrar un amigo, alguien con quien sientes esa afinidad especial, como si fuera una versión de ti mismo, por quien sientes un afecto que es distinto al que sientes por un familiar o una pareja, pero no por ello menos importante. Sólo en contextos muy concretos puede darse terreno para esta amistad, para la verdadera amistad, puesto que las circunstancias normales de la vida obligan o condicionan a dar prioridad a las otras relaciones.

Los protagonistas de la película, ya cuarentones, han llegado a la amistad por circunstancias de la vida, porque carecen de esas obligaciones que mencioné anteriormente, porque han fracasado en sus anteriores proyectos vitales. Cuando ya no tienes una familia, una empresa, una pareja, de la que preocuparte, tienes espacio para que surja la amistad. De alguna manera han regresado a la infancia, y creo que eso se refleja en la película, donde llevan una vida muy similar a la que podrían llevar niños de doce o trece años. Su vida personal consiste en quedar para comer pizza, ver la televisión, jugar a un deporte que se han inventado. Se puede apreciar que ambos protagonistas están deliberadamente caracterizados con un cierto aire infantil, tanto en su ropa, en su peinado, como en su forma de comportarse, con la salvedad de que tienen cuarenta y tantos años. Ya han pasado por la mitad de su vida y está claro que no les ha ido bien. Los socialmente considerados como fracasados, inadaptados, perdedores, infelices, también tienen derecho a que se cuente un relato sobre sus vidas, desde su propio punto de vista.

Diría que hay pocas películas que traten propiamente sobre la amistad. Recuerdo ahora mismo «Los Padrinos del Novio» [Best Men], porque la vi hace poco tiempo, que también tiene como foco la amistad, aunque dentro de otros temas. Es cierto que la amistad aparece en varias películas, pero no tratan sobre ella. También hay que tener en cuenta que al igual que Aristóteles tenía una concepción muy amplia de la amistad, hoy en día se usa el término amigo también de una manera amplia para englobar desde contactos de Facebook a colegas con los que sales de juerga. Es decir, relaciones que no son realmente la amistad.

Reconozco que es una película que me ha emocionado. En realidad, los únicos defectos que le achaco es que sea tan breve, y que apenas indague en la historia y la psicología de los personajes principales, de los que apenamos llegamos a conocer muy poco sobre sus vidas. Por lo demás, los actores resultan ideales para sus papeles, la escenificación es sobria y austera como lo son las propias vidas de los protagonistas, y la narración evita forzar el patetismo a través de encuadres o de musicalidad, como suele ser habitual en el drama; aún a pesar de que hay una fuerte tristeza implícita. Quizás por ello algunas personas confundan esta película con alguna clase de comedia, aunque de comedia no tiene nada, porque desde fuera les resulta un tanto ridícula la vida de los personajes que están viendo. Creo que esto es un triunfo artístico de la película y no un fallo. El arte no pretende divertir o entretener —el entretenimiento es un efecto circunstancial o derivado— sino que pretende que conozcamos la realidad más profunda, la que no vemos cotidianamente, mediante la ficción.

El final de la película, en el que tras la muerte de su amigo, uno de los protagonistas parece retomar la amistad con un niño al que acaba de conocer, es una escena que considero que refuerza mi tesis de la asociación de la amistad con la infancia; cuando uno está libre de todas esas pesadas obligaciones externas y todavía hay inocencia. Quizás la amistad sea la relación más pura y altruista, y por eso la más rara también.

27 de enero de 2021

Por qué el ateísmo es una doctrina


Publicaron una entrada en un blog de activismo ateo titulada «Por qué el ateísmo no es una doctrina» y escribí un comentario manifestando mi desacuerdo. Aquí dejo mi mi réplica basada en el comentario que publiqué en aquel blog.

Considero que el ateísmo es una doctrina. Aquella tesis que niega al ateísmo su condición de doctrina sólo tiene sentido desde un punto de vista reduccionista que se centra sólo en la pura etimología del término a-teísmo [sin dioses, no dioses]. No obstante, este enfoque lo veo equivocado porque prescinde del origen y el contexto cultural en el que surge el ateísmo. El ateísmo surge hace miles de años en contextos culturales religiosos por parte de pensadores que explican con argumentos por qué era irracional creer en la existencia de dioses. Primero surge la religión y después el ateísmo; no al contrario. El ateísmo surge como oposición al teísmo. Los animales carecen de religión, pero nunca decimos que ellos son ateos, simplemente porque carezcan de la idea de dios. Es absurdo categorizar el ateísmo como la simple ausencia de la creencia en dioses. Es tan absurdo como decir que una piedra es atea. Es tan absurdo como señalar un bebé y calificarlo de ateo

Así pues, para hablar propiamente de ateísmo hay que definirlo como un sistema de pensamiento, es decir, como una doctrina. Lo encontramos de esta manera tanto por parte de investigadores como de activistas ateos.

Además de un error en el concepto de ateísmo, los argumentos que se presentan para defender la tesis negacionista apelando a un supuesto innatismo del ateísmo en la naturaleza humana tampoco me parecen correctos. La investigación muestra que los seres humanos tienden a generar naturalmente un pensamiento mágico que hace aparecer la idea de dios.

Considero que es erróneo pensar que si a los niños nunca se les habla sobre dioses entonces necesariamente nunca tendrán la idea de hay dioses. Quizás pueda suceder así en un caso particular pero no a nivel general. Porque si fuera de esa manera entonces nunca habría surgido la idea de dios y las religiones. Hay investigaciones que muestran el origen naturalista de la religión. Hay estudios que indican que los seres humanos tienden a generar la noción de que hay seres sobrenaturales. Esto significa que aunque pudieras reiniciar la mente humana en todo el planeta, y borrar la religión de todas las culturas, incluso en ese caso volvería a surgir espontáneamente la idea de dios. Esta explicación biológica es un factor que ayuda a comprender mejor el éxito que hay tenido la religión y su presencia casi universal en las diferentes culturas y sociedades humanas.

La tesis de que los niños nunca imaginarían la existencia de dioses si no se les inculcara por parte de los adultos me recuerda al mito del buen salvaje promovido por Rousseau. Esa idea de que los humanos nacen puros y buenos y racionalistas pero luego son corrompidos por la religión, la cultura o la sociedad en la que van creciendo. Por otra parte, es curioso comprobar que esa tesis en caso de ser cierta apoyaría la posición religiosa de que tenemos la noción de dios por relevación divina, puesto que no podríamos explicar esa creencia de una forma racional y científica.

En definitiva, entiendo que es un fallo afirmar que el ateísmo no es una doctrina. El ateísmo sí es una doctrina y no hay nada malo en esto. Pienso que la tesis negacionista surge de un prejuicio despectivo sobre el concepto de doctrina. Una doctrina es simplemente un sistema de ideas organizado que pretende guiar nuestro pensamiento. El ateísmo se sostiene en razones que niegan la existencia o la presencia de dioses en el mundo. El ateísmo surge como doctrina filosófica hace miles de años y lo sigue siendo a día de hoy.

Muchos ateos consideramos que el ateísmo es una doctrina, porque no puede ser comprendido cabalmente de otra manera. La discusión de fondo no trata sobre si se trata de una doctrina o no, sino de si se sustenta en evidencias empíricas y razonamientos lógicos.


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