24 de febrero de 2021

El problema ético en la filosofía de Spinoza


En este breve ensayo querría exponer lo que a mi juicio supone un grave problema moral en la filosofía de Spinoza. En esta entrada parto de que ya estamos bien familiarizados con el pensamiento spinoziano.

Si aceptamos la tesis que defiende Spinoza de que el Universo es Dios [Deus sive Natura] entonces no tiene sentido que alguna acción pueda ser considerada objetivamente inmoral. Spinoza no defiende simplemente un monismo ontológico sino que defiende además que el Ser es Dios y debe ser reverenciado como tal. Este pensamiento conduce necesariamente a negar que pueda existir la ética como entidad autónoma. Así, las acciones sólo pueden ser evaluadas subjetivamente en función de si nos perjudican o nos dañan, pero no podemos juzgar que haya acciones que sean objetivamente correctas o incorrectas de acuerdo a un parámetro moral.

Spinoza afirmó literalmente que Dios y Naturaleza eran lo mismo en el sentido de que hacían referencia al mismo Ser, pero no dijo que ambos términos significaran lo mismo. Usó los dos términos a propósito. Si él hubiera querido defender que sólo existe la Naturaleza lo habría dicho así. Pero no. Spinoza defendió que el Universo es Dios y lo expresó de esa manera porque pensaba que debíamos tener una actitud religiosa y reverencial hacia lo existente. Está usando los dos términos porque considera que los dos tienen significados diferentes pero que hacen referencia a un mismo ente.

Spinoza afirma literalmente que el Mundo y Dios son exactamente lo mismo; son la misma entidad. Por tanto, su sistema es monista. Pero Spinoza no se limita a decir que sólo existe el Mundo sino que dice que el Mundo es la Divinidad y, por tanto, todo lo existente es divino. Esto implica que la violación de niños sería un acto divino. Así que la ética no tiene cabida en el sistema de Spinoza puesto que la ética establece que hay cosas que son objetivamente malas o buenas. Si todo es divino entonces la ética ya no tiene cabida y sólo queda apelar al subjetivismo de distinguir lo que particularmente me beneficia o me daña, como se puede comprobar en este fragmento de la «Ética» de Spinoza:

«El conocimiento del bien y el mal no es otra cosa que el afecto de la alegría o el de la tristeza, en cuanto que somos conscientes de él. Demostración: Llamamos «bueno» o «malo» a lo que es útil o dañoso en orden a la conservación de nuestro ser (por las Definiciones 1 y 2 de esta Parte), esto es (por la Proposición 7 de la Parte III), a lo que aumenta o disminuye, favorece o reprime nuestra potencia de obrar. Así pues (por las Definiciones de la alegría y la tristeza: verlas en el Escolio de la Proposición 11 de la Parte III), en la medida en que percibimos que una cosa nos afecta de alegría o tristeza, en esa medida la llamamos «buena» o «mala», y así, el conocimiento del bien y el mal no es otra cosa que la idea de la alegría o de la tristeza que se sigue necesariamente (por la Proposición 22 de la Parte II) del afecto mismo de la alegría o de la tristeza.» Baruch de Spinoza, Ética, [Parte Cuarta, proposición VII]

Violar a un niño puede ser juzgado como un acto inmoral porque vulnera principios éticos elementales como el principio de igualdad o el principio de valor intrínseco. Pero violar a un niño no es contrario a la naturaleza, porque si lo fuera entonces no existirían los pedófilos, los pederastas ni los pervertidos. Claramente es algo que está en la naturaleza.

Más aún, bajo la perspectiva spinoziana, carece por completo de sentido decir que algo es contrario a la naturaleza. Eso es un imposible lógico. Lo contrario a la Naturaleza no puede existir siquiera. Todo lo que existe es Naturaleza, que además es idéntica a Dios.

Si estoy en lo cierto entonces, a pesar del título de su obra canónica, en la doctrina de Spinoza no hay ninguna ética propiamente dicha. Ésta es la cuestión. Lo que Spinoza señala es que estar alegre es más beneficioso que estar triste. Eso es puro subjetivismo, puro egoísmo moral. Esto no tiene que ver con la ética. La ética se basa en la consideración imparcial de los intereses de todos los individuos implicados o afectados por nuestras acciones, como explica el profesor James Rachels.

Si aceptamos que el Mundo es Dios, que Dios es el Mundo, y por tanto todo lo que existe es divino, entonces ya no se puede juzgar que algo sea bueno o malo desde una perspectiva ética. Tanto la bondad como la maldad serian igualmente divinas. Podríamos juzgar que algo es subjetivamente agradable o desagradable, beneficioso o dañino, pero ya no podríamos juzgar que algo sea éticamente bueno o malo. La filosofía de Spinoza disuelve la ética en el subjetivismo y el relativismo materialista.

Es irónico pues que Spinoza llame Ética a un tratado de ontología cuyo planteamiento implica disolver el propio concepto de ética.

En conclusión, la ontología de Spinoza sirve para justificar la pederastia y toda clase de abusos con la excusa de que sirven para desarrollar las potencialidades de los entes que conforman el mundo. Es por esto que pienso que Isaiah Berlin se equivocó al acusar a la filosofía de Kant, o más bien a una interpretación distorsionada de ella, como detonante inintencionada del romanticismo y el irracionalismo moderno. Es cierto que algunos románticos tomaron ciertos conceptos de Kant para articular sus pensamientos, en un sentido contrario al del propio Kant, pero en realidad la filosofía de Spinoza es la verdadera precursora moderna del fascismo ideológico. En ella se inspiraron Fichte y Hölderlin, Hegel y Schelling, que a su vez sirvieron de inspiración directa a los doctrinarios del nacionalsocialismo y sus continuadores contemporáneos como el neonazi William Luther Pierce y su filosofía del cosmoteísmo. Estoy seguro de que a éstos últimos no les habría hecho ninguna gracia comprobar que las raíces de su pensamiento fueron establecidas por un judío.

Por otra parte, no es menos irónico que Spinoza llame Dios al Mundo y que al mismo tiempo su filosofía haya inspirado también a tantos pensadores posteriores a considerar la anulación del concepto de Dios. Podemos asumir la filosofía spinoziana sin tener que incluir obligadamente el apartado de que la Naturaleza es Dios. Podemos quedarnos simplemente con la Naturaleza. Es una interpretación parcial pero no lógicamente incorrecta en sí misma.

Aparte de todo esto, yo creo que Spinoza diviniza el Ser por motivos terapéuticos. ¿No es ésa la motivación profunda de la religión? Spinoza no puede aceptar intelectualmente la existencia de un dios personal, transcendente y sobrenatural. Pero eso no significa que no necesite psicológicamente serenarse ante las desventuras de la vida y la angustia de la muerte. Por tanto, lo que se le ocurre es considerar que el mundo es divino y debemos aceptar de buen grado todo lo que existe y todo lo que sucede. Esa idea ya aparece en el estoicismo antiguo. Incluso tiene conexión con el satanismo moderno, que niega a Dios y defiende que se debe reverenciar al mundo existente.

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