La expresión exterior es un reflejo de la vivencia interior. Lo primero está causado por lo segundo. Pero en sentido inverso no funciona del mismo modo. De lo contrario, no podrían existir la mentira y la hipocresía; y sabemos que existen. Por tanto, el proceso de cambio o evolución personal debería ser principalmente interior, es decir, en nuestra forma de sentir y pensar.
Todos los problemas en los que estamos involucrados son consecuencia directa de nuestra mentalidad, y esta mentalidad está conformada por actitudes, ideas, creencias y, también, por una disposición biológica de nuestro organismo. Por tanto, si quieremos solucionar esos problemas, debemos actuar principalmente sobre la causa y no tanto sobre las consecuencias.