25 de marzo de 2015

La naturaleza es un concepto



La noción de naturaleza es un concepto general que hemos creado nosotros para diferenciar esa parte de la realidad que no pertenece al contexto que denominamos cultural o artificial.

Llamamos naturaleza a todo aquello que no ha sido producido, manipulado o transformado directamente por los seres humanos. Un río es natural, es naturaleza, mientras que una tubería es artificial; aunque la tubería está hecha con elementos extraídos de la naturaleza.

La naturaleza no es un individuo, no es una persona, no es una entidad. La naturaleza es un concepto —es una abstracción sobre una parte que hemos seleccionado de la realidad pero que no se refiere a ninguna entidad real y concreta. Este concepto engloba a los elementos de la realidad que surgen fuera de la intervención humana: árboles, nubes, montañas, mares, planetas,...

Por tanto, la naturaleza no puede ser sabia ni cruel ni bondadosa ni ninguna otra cualidad que es propia sólo de los individuos, porque la naturaleza no es un ser individual que tenga emociones ni intenciones.

No hay ningún ente que sea "la naturaleza" que posea cualidades o que albergue proyectos. La naturaleza es un concepto que hemos inventado para discriminar desde nuestra perspectiva particular y antropocéntrica entre ámbitos de una misma y única realidad.

14 de marzo de 2015

Literatura para pensar



La novela «El Señor de las Moscas», de William Golding ; junto con «1984» de George Orwell; «Un Mundo Feliz», de Aldous Huxley, y «Farenheit 451» de Ray Bradbury, constituyen la tetralogía literaria moderna que más acertadamente ha escenificado los peores aspectos de la naturaleza humana: la violencia, el oscurantismo, la opresión y el totalitarismo.

6 de marzo de 2015

La ética no es una imposición





La ética no puede ser una “imposición” porque eso supondría alegar que se nos «im-pone» algo que no es inherente a nosotros. Es decir, que se nos fuerza a acatar algo que es ajeno a nosotros. Pero no es así.

La ética es una obligación inherente a nuestra propia facultad de razonar. Por eso no se puede imponer, por definición. Sólo podríamos decir que se im-pone (se introduce interiormente) en el caso de que fuera algo externo a lo que se nos quiere forzar.

La ética es una pura derivación de la lógica. El principio de igualdad y el concepto de valor intrínseco se derivan directamente del principio lógico de identidad. Esto no lo podemos imponer ni refutar; sólo lo podemos reconocer. No podemos imponer ni refutar que A=A.

Así, los principios básicos de la ética son puramente lógicos y estamos obligados a ellos por nuestra facultad de razonamiento. Estamos intrínsecamente obligados a reconocer que A=A y lógicamente a acatar ese principio en nuestra conducta. Pero no obligados en el sentido de forzados o coaccionados sino en el sentido de necesidad lógica.

Cuando decidimos ignorar o quebrantar esos principios entonces somos nosotros quienes estamos imponiendo nuestros deseos o intenciones por encima de los de otros individuos.

Si los demás individuos son igualmente sujetos como nosotros y tienen los mismos intereses básicos que nosotros (A=A) entonces lógicamente debemos considerarlos al mismo nivel que los nuestros puesto que son los mismos intereses, aunque se den en individuos diferentes. Esto es la igualdad en sentido moral. Lo opuesto a la imposición de unos sobre otros.

Podemos hacer leyes que impongan determinada conducta basándonos en normas morales. Esto sí. Las leyes jurídicas siempre son una imposición; son de carácter coactivo. Ahora bien, cuando le decimos a alguien que debe o no debe hacer tal cosa porque es éticamente incorrecto o injusto, no le estamos imponiendo nada. Porque ese mandato no es ajeno a su naturaleza moral. De hecho, le estamos diciendo que deje de imponer injustificadamente a los demás sus deseos y que sea consecuente con la razón, que es parte inherente de nuestra propia personalidad.

Además, la imposición nunca es un hecho intrínsecamente malo ni bueno por sí mismo. Puede ser correcto o incorrecto. Depende de si está moralmente justificada o no. Lo cual nos retorna de nuevo a los principios éticos que son el referente normativo de la moralidad. Y el único fundamento objetivo que puede tener una moral es la lógica.

En conclusión, la ética parece una imposición sólo para aquellos que no la han comprendido o asumido. Para quienes la hemos interiorizado reconocemos que una extensión de nuestra propia racionalidad. Las normas ética provienen de la razón, que es inherente a nosotros, no desde fuera de nosotros. Razonar no es una limitación sino un desarrollo de la personalidad racional.

1 de marzo de 2015

Ignorancia




No tengo problema en reconocer que soy ignorante en muchos temas.

Ignoro incluso lo básico de la carpintería, la mecánica y la física cuántica.

Al igual que no tengo problema en reconocer que mucha gente ignora hasta las nociones más elementales de filosofía, ética, política y nutrición.

Pero hacernos los ofendidos no nos va a traer el conocimiento que nos resuelva este problema.

Reconoce que eres un ignorante y, si quieres, soluciónalo.



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